martes, 8 de febrero de 2011

Breve introducción


En Hueso patagonia nuestra entidad hace uso de sus grandes pies. Recorre el mundo pisando y matando, cree que si hace del paisaje un desierto va a allanar su sueño de llegar a Nada, a la que supone como su hogar verdadero. Luego de pisar el orbe entero se da cuenta, al mirar el camino ya hecho, que la vida florece de sus propias huellas. Desencantado de fracaso se sienta en un túmulo, observa cómo la hiedra trepa alrededor de su inmovilidad y ve cubrir su cuerpo a la manera de una escultura en el jardín de Bomarzo. Absurdo entonces interviene, no puede permitir que el equilibrio de su sinsentido se altere. Necesita que Hueso cumpla su papel. Inventa entonces a la hormiga y al hormiguero y como es de esperarse lo ubica debajo de las posaderas del protagonista. Para mantener la escena dentro de un marco rioplatense el director recurre a la hormiga argentina, especie reconocida en todo el mundo por sus persistentes dotes migratorias. Por otra parte, desde el título del poema se hace alusión a las grandes patas de la entidad, origen extrapolado del motivo –haciendo referencia a las extremidades de los tehuelches– que dio nombre a esta región del Sur:



Hueso patagonia

Usa los pies para llegar al fin del mundo.
Quiere vaciar el camino de impurezas.
Pisa acá, pisa allá, acullá, pisa y mata.
Tanto pisa que pisa y duerme,
pisa y sueña el desierto,
la alfombra seca, la boca abierta
a su puente de carbón. Pero el musgo
se le pega en los talones, las siemprevivas
rodean su ambición. Gira la cabeza y ve
la huella de su Nada, el sendero de la siega,
el jardín de los pétalos rojos como moscas.
Abandona por un tiempo su paso seguro,
en el luengo círculo del orbe zapatea.
Prueba casi todo: pies planos, pas de deux,
dedo gordo y puntas de pie. Finalmente
se queda quieto, se sienta
sobre un túmulo cansado
¿si no puede vaciar el mundo
para qué trabajar?
La hiedra enamorada
le trepa por los muslos, las vaquitas
le hacen la corte tricolor.
En las cuerdas del equilibrio
el Absurdo es el artilugio
que no comulga con la inacción.
Sale al ruedo el director,
hace del túmulo un hormiguero.
Bajo las blancas nalgas del Hueso
deposita a la hormiga argentina,
la de las maravillas, la incomparable,
la que deja roncha, la pertinaz.

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