Sin Destino se asoma el Absurdo,
sin un Tiempo que mida su fuerza.
Solo el Hueso se prende a su testa,
erguido jinete, blanco garrón.
Con gran presencia cerca del borde
las cosas quietas del mundo le hablan
y monocordes todas reclaman:
¡Si el abismo no interviene
exigimos empujón!
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